Páginas

viernes, 31 de octubre de 2008

QUÉ FUE DE LOS SUEÑOS QUE TUVIMOS

Desaparecé Ludismo y con ella se van muchos sueños y se cierra, en el amplio sentido de la palabra, una etapa. Una etapa que comenzó hace cinco años y medio, en junio de 2003, cuando metí dos maletas en mi Renault Clio rojo (tristemente desaparecido hace dos años, oremos) y me recorrí media España para acabar en un culo del mundo, por algo los llaman de una manera que recuerda al culo –culipardos- llamado Ciudad Real. Vine a esta pequeña ciudad de provincias, que es más pueblo que muchas ciudades de menor tamaño, para tres meses de verano, como quien se va de vacaciones, y, por diversas circunstancias, he acabado estando algo más de cinco años. Sólo espero y deseo, y vive Dios que haré todo lo que está en mi mano por conseguirlo, que la estancia no se alargue mucho más. Ya he pagado mi peaje y sólo me apetece despedirme y que las lágrimas no me recorran las mejillas cuando enfile el camino de vuelta en mi flamante Citroen C4 rojo.
Uno, en un principio, pensó que se iba a comer Ciudad Real. Que sus sueños de crear algo se hicieran realidad y pudiera volver a Bilbao como un triunfador, con un buen contrato en un periódico de verdad o con la satisfacción de haber creado una empresa cultural que le permitiera vivir la buena vida. Y, cinco años después, es Ciudad Real la que se fagocita a uno. Y uno ya está cansado de pelear por nada, de trabajar para el diablo, de que el trabajo de uno sea invisible y de que no sirva de nada ser bueno en tu trabajo porque al final, los que chupan los culos a los jefes son los que se llevan los mejores puestos.
Hace tiempo, ya ni recuerdo, que puse el piloto automático en el trabajo. Como dije ayer a un buen amigo, cuando voy al trabajo, el cerebro lo pongo en stand-by y las manos lo hacen todo de una manera tan mecánica y aburrida que hay días en que prefiero descargar cajas de un camión a seguir sentado en esa silla, mirando por Internet la oferta de trabajo que me alegre el día o leyendo artículos interesantes que me piquen de tal manera que comience a escribir de una puñetera vez la novela que tengo en la cabeza, fruto de un guión que comencé hace dos años y que se quedó parado en la página 40.
Hace tiempo que reniego del periodismo actual porque está en las manos equivocadas. Los constructores y promotores no tienen ni puta idea de periodismo. Sólo saben ganarse influencias con los políticos y estos sólo saben dejarse besar la mano, regalar el oído, chupar el culo, y verse guapos en las fotos. Esto, en Ciudad Real, es mucho más evidente, donde uno, nada más pisar la ciudad, ya se da cuenta de que aquí sólo vale ser amigo o amiguísimo, y a los demás que les den. Lo mío para mí y para los míos.
Gracias a los constructores y promotores porque compran periódicos de mierda para que trabajen periodistas muy dignos y muy buenos por un sueldo de mierda. Gracias a los periodistas que no tienen cierta conciencia de clase y aguantan lo que les echen. Sólo espero que se arruinen todos los promotores con sus purazos y sus cochazos, y que los periódicos caigan en manos de la gente que realmente tiene que dirigir un periódico: periodistas.
Así las cosas, y cómo hace tiempo que tiré la toalla por trabajar en un periódico que sólo sabe servir a los políticos, los anunciantes y los que se dejan mangonear, y se olvida de quiénes realmente importan en un periódico, los lectores, y se olvida también de tratarles con respeto, decidí montarme mi propia película, en la que incluso soy protagonista.
Pero antes, debo decir que siempre me ha sorprendido la poca tirada que tienen en Ciudad Real los periódicos. ¿Cinco mil ejemplares para medio millón de habitantes? Una cifra miserable. En esta ciudad no es que no se lea, es que no usan los periódicos ni para envolver el bocadillo. Y yo siempre decía: Eso es porque los periódicos no son buenos, no llegan a la gente. Si tú haces un buen producto, la gente lo va a recibir con agrado y cada vez le va a gustar más y va a ser un lector fiel. Si haces un mal producto, quizás consigas influencia, anunciantes y el beneplácito de las autoridades locales por sacarles el perfil más fermoso, pero, ay, amigo, los lectores te darán una patada en el culo. Y de ahí al cierre hay un paso.
Un ejemplo de esto lo tenemos en Ludismo, queridísima revista que ha durado un año entero y que al final, por la crisis y otras cosas, dice adiós. El proyecto empezó con mucha humildad. Con grandes sueños pero muy humilde. Y fue la gran acogida de la gente la que hizo que la revista fuera creciendo hasta pasar, en apenas cinco meses, a quintuplicar la tirada: de 1.000 ejemplares en el número 1 a los 5.000 en el número 5 (tirada que hemos mantenido durante los siguientes números). Eso nos ponía a la altura de los periódicos que más ejemplares tiran (no sé si a la basura, como dijo aquel) en la provincia. ¿Nosotros? ¿Tres amigos sin un duro pero con mucha ambición e ilusión habíamos conseguido que “nuestro pequeño milagro mensual” sacara tantos ejemplares? Aquello fue un hito y pensamos que podía ir a más.
Pero antes me embarqué en la película propia que decía antes. Junto con otros amigos, hicimos un cortometraje titulado “No smoking: fumar puede matar”, que, sinceramente, no desmerece de los pocos cortos que se hacen en Ciudad Real (si está mal la lectura, no digamos ya el cine) y nos topamos con la religión del amiguismo, que tiene más adeptos que la religión de Dios, sea cual sea en el que crean ustedes, y nos quedamos fuera de un concurso de cuarta categoría provincial (en el panorama nacional del cortometraje) y comprobamos que gana cierto personaje que, olé sus cojones por seguir haciendo cortos y otras historias, pero macho, cuida un poco más los guiones, la imagen, la luz, no sé, aprende un poco de cine, que querer ser moderno no tiene porque estar reñido con el buen gusto cinematográfico.
Pero uno sigue su triste y solitario camino y al final ve una luz que tiene nombre de mujer y ella sabe who is.
Y luego, no contento con ser prota de una peli corta, quiere ser el ¡Autor, autor! de un librito. Y se embarca en una nueva aventura junto con nueve soñadores más, gente que piensa que sus pequeños actos pueden cambiar su mundo, que no el mundo, que éste ya lo han dejado que ni la madre que lo parió lo conocería (En “Dogma”, del sobrevalorado Kevin Smith, Dios es mujer, y digo más, es Alanis Morissette), los especuladores y los capitalistas del capital riesgo (valga la redundancia) y a saber cuándo y cómo nos recuperamos.
Ese libro de diez relatos, que tengo entre mis manos, fue como un auténtico parto el darlo a la luz. Costó Dios y ayuda conseguir que se publicara y ahora, ahora no sabemos qué hacer con él, pero, qué coño, me queda el gusto de haberlo hecho.
Así que, como a pesar de los batacazos, todavía me quedan sueños por cumplir, sólo quiero tener tiempo (y dinero) para poder hacerlos realidad.
Me queda el haber intentado ganarme un puesto en un periódico de verdad.
Me queda el haber hecho un cortometraje.
Me queda el haber participado en el libro de relatos “Uno entre un millón”
Me queda Ludismo, que aún me duele.
Me queda un puñado de buenos amigos a los que seguiré tratando porque con la amistad de verdad no existen las distancias.
Me quedan las ganas de haber intentado cambiar la cara de esta ciudad.
Me quedo triste por no haberlo conseguido.
Me llevo a María, lo mejor de Ciudad Real, ciudad a la que nunca podré olvidar porque allí nos conocimos.
Dejo un trocito de mi corazón en la gente que me seguirá queriendo y me llevo un trozo del suyo, si me dejan.
Dejo colgado a un colega en puertas de nuestro segundo corto.
Como cantó Bumbury, hasta siempre.

Un cuestionario

1. Nombre completo
Juan Ignacio Sanz Perrella


2. ¿Por qué te pusieron ese nombre?
No tengo ni idea, pero me gusta mucho como suena. Y suena mejor en euskera: Jon Iñaki. De todas maneras, todo el mundo me llama Iñigo y eso fue porqué, a pesar de que mis padres me habían inscrito en el registro civil con el nombre de Juan Ignacio, mi tío (marido de Araceli, hermana de mi padre) se empeñó en que me bautizaran en la iglesia (supongo que en Begoña) como Iñigo. Siempre he pensado que esa confusión entre Iñigo e Ignacio es bastante común. Incluso hay gente que cree que Iñigo, que es nombre castellano y navarro, es el euskera de Ignacio. Así que tengo la suerte de tener tres nombres aunque sólo dos oficiales: Juan Ignacio. Y sí, alguna vez he pensado en poner Iñigo como único nombre oficial, pero, la verdad, no me quita el sueño.

3. ¿Le pides deseos a las estrellas?
Sí. Sobre todo cuando me entero que va a haber estrellas fugaces que dicen que son las más certeras. Pero nunca se me ha cumplido nada.

4. ¿La última vez que lloraste?
Debo confesar que soy feo, agnóstico y sentimental (parafraseando a Valle-Inclán, según recuerdo). Pero no soy sentimental de llorar, sino más bien de pensar mucho y recordar buenos momentos. No me gusta estar triste e intento evitarlo. Me hace llorar más la música que el cine, y he tenido un gran sentimiento de tristeza, acompañado con lágrimas y mocos (je, je) con “Érase una vez en América” (Ese momento en que suena “Yesterday” y De Niro se queda embobado mirando un poster de Nueva York me parece uno de los planos más hermosos y más tristes que se han filmado nunca). Por otro lado, es una de mis películas favoritas y nunca hablaré mal, aún bajo coacción, de las cosas que me gustan.

5. ¿Pan con que?
Hubo una temporada larga en que estuve viciado a un bocadillo de lomo completo tal y como lo siguen haciendo en el bar La Cabaña, en la parte vieja de Laredo. Una maravilla: lomo, cebolla, pimiento verde, huevo, todo a la plancha y una cebolla que todavía no he podido averiguar cómo coño la preparaban. También soy fans (como dicen los gilis) del pan, tomate y jamón del güeno.

6. ¿Te gustan los animales?
En los documentales. No me gustan los animales de compañía, aunque últimamente varios colegas de aquí y de allí ya saben que yo frecuento menos sus casas desde que se han rodeado de perros, gatos y etcétera. El único animal que toleraría tener es un mono, porque me parecen divertidos. Y siempre, siempre he soñado con tener un acuario con un tiburón, como si fuera un jefe mafioso. La culpa de esto la tiene Spielberg.

7. ¿Cuántos hijos tienes?
Ninguno. Y no sé si quiero tener o si no quiero tener. Por mi edad, debería ir pensando en ello, pero si no sé cuidarme de mí mismo, ¡cómo voy a hacerme cargo de un hijo! Prefiero seguir siendo yo el niño.

8. ¿Colaboras con alguna ONG?
No. Me parece extraordinaria su labor pero nunca me ha llamado colaborar con ellos.

9. ¿Si fueras otra persona serías tu amigo?: 
Creo que sí. Además, sería un chollo, porque no sé decir que no.

10. ¿Tienes un diario de vida?
No. Aunque he escrito algunos relatos que están basados en un yo diez años mayor que yo.

11. ¿Eres sarcástico? 
Intento y quiero aprender a serlo más. De todas maneras, en la vida no hay guión, como en el cine, y pocas veces encuentras el momento de ser sarcástico de verdad.

12. ¿Harías puenting? 
Nooooooooo. Los que me conocen bien saben que no pondría en riesgo mi vida bajo ningún concepto. No sé en cuánto valorarán mi vida los demás, pero para mí es tanto que no sabría qué hacer si me la quitan. Los riesgos, como los experimentos, con gaseosa. Riesgos en la vida, sí; riesgos chorras, nooooooo.

13.¿Cuál es tu cereal preferido?
No voy a decir que la pregunta es un poco tonta, aunque lo haya dicho. Jamás en mi vida he dedicado dos minutos de mi vida a pensar en cuál es mi cereal favorito. Si me obligan, podría decir el maíz, porque es el que más como.

14. ¿Te desabrochas los zapatos antes de sacarlos?
A veces, sí; a veces, no. Desde que descubrí los zapatos sin cordones, soy el más firme enemigo de las fábricas de cordones. ¡Abajo con ellas! Total, ahora que estamos en crisis, nadie notará una suspensión de pagos o un ERE más.

15. ¿Crees que eres fuerte? 
¿En qué sentido? Fortaleza física, me temo que no. ¿Fortaleza mental? Sí, porque lo que tengo que aguantar en ciertos sitios no sé cuántos lo aguantarían.

16. ¿Tu helado preferido?
De siempre ha sido el de fresa. Últimamente, esa maravilla de la tecnología heladera que es Strawberry Cheesecake (No sé qué significa, pero me da un aire al pronunciarlo….)

17. ¿Cuánto calzas?
Un 40 o 41, dependiendo del modelo.

18. ¿Rojo o Rosado?
En mi país sería tinto o rosado. Mis primeras borracheras fueron con claro con gas, y eso ha formado mi malísimo paladar vinatero. Rosado, please.

19. ¿Qué es lo que menos te gusta de ti?
Que nunca llevo a buen puerto los proyectos que empiezo y que muchas veces soy un mar de dudas. Pero, parafraseando a Descartes, “Dudo, luego existo”.

20. ¿A quién extrañas mucho? 
A mi abuelo Nicolás, que me dejó tirado en Laredo recién cumplida la mayoría de edad. Y que cuando se fue casi ni me reconocía. A mi padre, que se fue hace un año y medio. Y me pongo tierno y también a mi madre, mi hermano y mis amigos de Bilbao. Y cómo no, a María, que se me ha ido una temporada fuera, y no dejo de pensar en ella.

21.¿Te gustaría que a todos aquellos que enviaste este mail te respondan? 
Francamente, querida, me importa un pepino. Era coña, espero que contesten todos.

22.¿Qué color de pantalones y zapatos tienes puesto?
Ahora mismo estoy en casa, solo y voy en gayumbos y zapatillas. Así que, calzoncillos azules y zapatillas blancas.

23. Ultimo que comiste hoy?
Una mierda recauchutada del Burguer King. Lamentablemente, por las prisas y la falta de previsión en llenar la nevera, me he visto obligado a comer esa lamentable $!”$%&?¿% Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. (ostia, censura, y que luego digan que hay libertad de expresión en este país de Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii)

24. ¿Qué estás escuchando en este momento?
La radio. Acaba de acabar, pero no se acaba nunca, el pesao de De la Morena, que me ha caído siempre fatal, y mire usté, como los demás son peores, le oigo sólo a él. Y luego sale el programa más triste y que más pena da de la radio nacional. Se oye cada cosa por ahí, mire usté, que uno siempre se siente reconfortado mientras se va durmiendo.

25. ¿La última persona con quien hablaste por teléfono?
María, mi novia, que está en Brighton (UK) y todas las noches hablamos por el Skype.

26. ¿Tu trago favorito? 
Hips… hafiendo profado de to…, mire usté, que son ya 20 años de juergas… hips, ponme otro chaval, que esta noche me voy a bailar… aborrezco casi todos. El único que me trata bien es el Cacique con Coca-Cola. Y alguna mariconada del estilo Mangarroca con Piña.

27. ¿Deporte favorito para ver por TV?
Casi todos. El ciclismo era una de mis aficiones favoritas, pero cuando salió toda la mierda, pues uno va dejando de ver ciclismo, eso hace que ya no sigas a los corredores y que al final, sólo te acuerdes de verlo cuando un español va de líder o cuando toca L’Alpe d’Huez. Me gusta ver al Athletic (de Bilbao, lo digo por los palurdos que confunden el Athletic con el Atleti (co de Madrid). Baloncesto, tenis, las motos, los coches, ya sea rally o Fórmula 1.

28. ¿Comida favorita?
Siempre he sido más de pescado. Cualquier pescado bien preparado me place. Si he de elegir un único plato sería los chipirones en su tinta.

29. ¿Final triste o final feliz?
Siempre final feliz, en la vida; y final triste o final abierto en el cine.

30. ¿Tienes mascotas? 
Pero si ya he dicho que no me gustan los animales de compañía.

31. ¿Día Favorito del Año?
Al de mi cumpleaños, 13 de abril, le uno el 23 de enero (tú ya sabes porqué, mi amor) y cualquier día de verano en buena compañía.

32 . ¿Besos o abrazos? 
Los dos, por Dios, porqué se me ha de negar alguno de ellos.

33. ¿Eres una persona alegre?
Siempre lo he sido. Digo “sido” porque no van tan bien las cosas últimamente como para que esté siempre con la sonrisa en la boca. Y no es que éste triste, es que estoy cabreado.

34. ¿Quién crees que te responderá? 
María, seguro. Esto lo hago por ella y para ella. Y yo también quiero que ella lo haga por ella y por mí.

35. ¿El que menos crees que lo hará? 
No sé. Allá con su conciencia.

36.¿ Qué libro estás leyendo?
Woody Allen es mi autor de cabecera últimamente. Estoy con sus cuentos de “Cuentos sin pluma” y el recientísimo “Conversaciones con Woody Allen” de Eric Lax. No sé qué tiene el pequeño miope neurótico judío y neoyorquino (lo tiene todo) que me hace sentir bien. Antes, me leí el último de Paul Auster, “Un hombre en la oscuridad”.

37. ¿Color favorito?
El rojo y el azul. No puedo elegir uno sólo.

38. ¿Qué viste anoche en la tele?
A Buenafuente, pero sólo veo el monólogo del principio, que me parece cojonudísimo. Grandes guionistas para un gran showman.

39. ¿Rolling Stones o los beatles?
Los Beatles nunca me dijeron nada y a los Rolling los redescubrí hace unos seis o siete años gracias a mi hermano. Lo siento, me rindo a sus satánicas majestades.

40. ¿Dónde es lo más lejos que has estado de tu casa?
La verdad es que no he viajado mucho. ¿Qué está más lejos de Bilbao, Ciudad Real o Londres?

martes, 14 de octubre de 2008

Un comentario

Somebody is in Brighton. Like Police says, I'll be missing you.

Una canción

SOMEBODY, de DEPECHE MODE
I want somebody to share
Share the rest of my life
Share my innermost thoughts
Know my intimate details
Someone who'll stand by my side
And give me support
And in return
She'll get my support
She will listen to me
When I want to speak
About the world we live in
And life in general
Though my views may be wrong
They may even be perverted
She will hear me out
And won't easily be converted
To my way of thinking
In fact she'll often disagree
But at the end of it all
She will understand me

I want somebody who cares
For me passionately
With every thought and with every breath
Someone who'll help me see things
In a different light
All the things I detest
I will almost like
I don't want to be tied
To anyone's strings
I'm carefully trying to steer clear
Of those things
But when I'm asleep
I want somebody
Who will put their arms around me
And kiss me tenderly
Though things like this
Make me sick
In a case like this
I'll get away with it

Un microrrelato

Cuando cumplió 70 años supo que nunca iría a la boda de su hijo.